Conseguir un hogar cálido es posible en la mayoría de los casos con una serie de reformas y de revisiones que ayudarán a detectar cuáles son los puntos débiles del hogar y mejorarlos.
Si tu calefacción es ya muy antigua quizás sea la hora de revisarla porque es posible que esté consumiendo mucho más de lo que debería. Lo mejor es hacer un estudio para conocer cuál es la calefacción más adecuada en función del tipo de hogar, si es un apartamento o una casa, y también de su tamaño.
Hecho esto se puede saber cuánto se consumirá con la calefacción propuesta y cuánto se está consumiendo ahora para conseguir la misma temperatura y se podrá valorar si merece o no la pena invertir en el cambio o incluso olvidarse de la calefacción e instalar un sistema de climatización que, aunque a priori es más caro, puede resultar más acertado en determinadas circunstancias.
En muchos casos, con lo que se ahorra en consumo, se amortiza la inversión del cambio en poco tiempo, por lo que resulta muy aconsejable. En otros, puede bastar con cambiar radiadores de sitio o añadir nuevos radiadores para que ofrezcan la cantidad de calor requerida en cada ambiente.
Ahora bien, de poco vale invertir en un buen sistema de calefacción o de climatización y si la casa no está bien aislada, ya que el calor se perderá rápidamente y conseguir la temperatura ideal será difícil o nos costará mucho más dinero.
Invierte en aislamiento de paredes y ahorra en calefacción
Muchas de las viviendas actuales pero sobre todo las antiguas tienen un mal aislamiento en las paredes que dan a la fachada. A veces es tan fácil de comprobar como tocándolas con la mano y sintiendo que están totalmente heladas. Esto hace que calentar una habitación sea mucho más caro, porque el frío está penetrando a través del material de construcción.
Lo ideal en estos casos es aislar las paredes desde el exterior, ya que es la opción más efectiva. Sin duda, es una obra importante pero que se va a ver recompensada por un gran cambio en la temperatura del interior de la casa y que también contribuirá a escuchar menos los ruidos de fuera o a evitar humedades por filtración.
Pero hay ocasiones en las que es imposible realizar estos trabajos porque se vive en una comunidad y no hay un acuerdo entre los propietarios. En estos casos, se puede llevar a cabo un trabajo de aislamiento desde el interior de la casa que puede realizarse por diferentes métodos en función del grado de aislamiento que se necesite y del espacio del que se pudiera prescindir en un momento dado.
Si hay terrazas abiertas en la casa también es aconsejable cerrarlas ya que ayudarán a que las habitaciones que dan a dichas terrazas conserven mucho mejor la temperatura que se desea.
El doble ventanal y las puertas, puntos débiles a revisar
Muchas viviendas antiguas creen que tienen sus habitaciones perfectamente protegidas porque cuentan con un doble ventanal. Pero en muchos casos estas ventanas ya tienen mucho tiempo y no sellan bien, por lo que pueden ser efectivas para aislar del ruido pero seguramente no lo sean tanto para aislar del frío. En algunos casos puede ser suficiente con revisar las ventanas, cambiar sistemas de cierre o las cintas que garantizan que queden herméticas.
Pero en otros casos puede ser una buena idea sustituir el doble ventanal por unas ventanas de climalit mucho más modernas. Estas ventanas modernas pueden, con un solo cristal de mayor grosor, aislar más que la doble hoja y van a facilitar mucho el trabajo de realizar la limpieza además de que resultan mucho más atractivas.
Con las puertas también hay que tener cuidado, ya que algunas tienen un excesivo espacio entre la puerta y el suelo por el que puede entrar mucho aire del exterior. Algo tan sencillo como la colocación de un burlete puede hacer que deje de producirse esta transferencia de temperatura y se ahorre dinero en calefacción.
En el caso de la puerta de entrada del domicilio, en especial cuando se habla de la puerta de entrada de una vivienda independiente, hay diferentes sistemas para conseguir un buen aislamiento pero uno de los más efectivos es construir un pequeño recibidor con doble puerta.
Así, cuando se entra en la casa se entra en el recibidor y hay una segunda puerta que no se va a abrir antes de que la de la calle esté cerrada de nuevo, lo que evita que el aire frío entre en toda la casa. Si a esto se une una puerta exterior de calidad, la temperatura del hogar será más fácil de mantener y evitaremos malgastar dinero en calefacción.
Si en este pequeño recibidor colocamos un mueble a medida donde dejar zapatos, abrigos y paraguas también contribuiremos a mantener más limpio el interior de la vivienda, por lo que todo serán ventajas.
Si deseas hacer tu hogar más cálido y confortable, te aconsejamos contactar con nuestros expertos para que te asesoren sobre las mejores opciones teniendo en cuenta el presupuesto disponible y las posibilidades de la vivienda.