Cuando pensamos en reformas del hogar lo primero que se nos viene a la cabeza es el precio que tendrán los trabajos que queremos realizar en el hogar. Pero hay algunas obras que varían totalmente el aspecto de una habitación de la casa o de la casa al completo y que no requieren de una gran inversión.
Un lavado de cara para tu cocina
Hay cocinas que son eternas, muebles de muy buena calidad y totalmente atemporales que pueden durar muchos años, incluso un par de décadas, conservando su mejor aspecto. Sin embargo, por muy buenos que sean los azulejos, estos suelen quedar desfasados mucho más rápido y pueden hacer que el aspecto de la cocina se vea totalmente anticuado.
Darle un lavado de cara a la cocina puede ser muy fácil ahora con las nuevas técnicas para aplicar pintura sobre los azulejos, de modo que quedan cubiertos por completo. Si las paredes han sido bien alicatadas y los azulejos no están flojos, se pinta sobre ellos y se consigue una pared lisa en la que no queda rastro de los azulejos.
También se podría alicatar de nuevo la zona del salpicadero donde sí que es aconsejable colocar azulejo para poder limpiar de manera más eficiente.
Si se quiere dar un paso más en la renovación de la cocina se puede cambiar la encimera, que es lo que más sufre el paso del tiempo, por otra más moderna y aprovechar para renovar el fregadero y el grifo. La cocina tendrá un aspecto totalmente diferente sin necesidad de más cambios.
En el caso de los muebles de cocina de madera es posible pintarlos para que se vean más nuevos y en mejor estado o barnizarlos nuevamente, si se hace esto, la cocina se verá totalmente nueva. En el caso de muebles de cocina de otros materiales, también es posible una mayor renovación cambiando tan solo las puertas y dejando todo el interior de los armarios así como los electrodomésticos.
Incluso con los cambios propuestos para los muebles de la cocina,la inversión en esta reforma es mucho menor de lo que costaría una cocina nueva y el cambio se va a notar nada más entrar en ella.
Tarimas flotantes, suelo nuevo sin hacer obra
Una de las reformas que menos gusta realizar a los propietarios de las casas es el cambio de suelo,especialmente cuando es solo en una habitación, porque tienen que elegir entre colocar un suelo por encima de otro ya existente, lo que crea desniveles en la casa, o picar todo el suelo y arranchar el ya existente, lo que genera una gran cantidad de escombro y hace que el trabajo lleve muchas más horas.
Una forma para cambiar el aspecto de los suelos, y conseguir además un mejor aislamiento térmico y sonoro, es la instalación de tarima flotante. De nuevo, estamos ante un cambio espectacular que lleva muy poco tiempo y que no supone prácticamente obras, exceptuando tal vez el quitar un rodapies de obra para sustituirlo por otro de madera.
Sobre el suelo que ya tenga la casa se coloca una manta que se encargará del aislamiento, pero también de corregir cualquier pequeña diferencia de nivel que pueda haber en el suelo. Normalmente, cuando se trabaja sobre un suelo pavimentado estas diferencias son milimétricas, debidas a una loseta que se ha puesto ligeramente torcida o más profunda por un lado que por otro.
Tras colocar esta manta, se coloca directamente la tarima por el procedimiento de machihembrado, lo cual no precisa de ningún tipo de obra y es bastante rápido de realizar.Tras la colocación de la tarima se procede a cortar y a colocar el rodapié y el aspecto del suelo habrá quedado impecable y totalmente renovado.