No es poco frecuente que algunos clientes nos hagan llegar su preocupación, a la hora de contratar una reforma, respecto a cómo van a organizarse con las obras y los obreros en casa. Es bueno que, al pedir un presupuesto, se aclaren dudas referentes a si la familia podrá seguir en la casa mientras se realizan los trabajos y cuánto tiempo van a durar. Para muchas personas, estas incomodidades son las que las desalientan a la horade realizar reformas, incluso por encima del coste de los trabajos.
Si bien es cierto que ciertas incomodidades son inevitables, planificando todo con tiempo y contando con una información exacta sobre la duración de los trabajos y en qué van a consistir, no tiene por qué suponer una pesadilla. Hay que visualizar que, realizar las obras que la casa necesita, nos hará verla tal y como se desea.
No todas las reformas son iguales
No todas las reformas son iguales ni suponen el mismo tipo de tareas. Algunas reformas parciales, pueden realizarse con la familia viviendo en el hogar. Por ejemplo, si es necesario reformarla cocina, aunque la obra dure varios días o incluso un poco más dependiendo del groso de la reforma, no será determinante para que no se pueda vivir en la casa aunque haya que comer y cenar fuera, y se tengan que soportar ciertos ruidos y molestias.
Sin embargo, si la reforma incluye el cuarto de baño y solo hay uno en el hogar, lo normal será que haya que dejar la casa durante los días en los que este servicio no estará disponible y es algo imprescindible para una familia.
Normalmente, este tipo de obras son muy cortas y la familia suele aprovechar para hacer una escapada de un par de días, quedarse encasa de un familiar o, simplemente, instalarse en un hotel durante unas pocas noches.
En algunos casos, se han realizado obras utilizando un WC portátil y habilitando una ducha para casos urgentes. No obstante, estaríamos ante casos muy excepcionales en los que no había otra forma de hacerlas cosas.
En cualquier caso, todos los supuestos posibles podrán ser valorados y resueltos con la ayuda de un equipo cualificado y experto en la materia.
Reformas integrales
En el caso de reformas integrales del hogar no hay duda de que, al menos durante un tiempo, la casa no podrá estar habitada y lo recomendable sería no volver al hogar hasta que todo esté listo.
La familia, en estos casos, deberá buscar otro alojamiento durante el tiempo que dure la reforma.
Es muy importante que los plazos de finalización de la obra sean totalmente transparentes y que la empresa de reformas se comprometa en su cumplimiento ya que, si se alquila un piso suele haber fecha tope para abandonarlo o, en caso de que se alargue la obra,aumentarían los gastos que suponen el vivir en otra casa.
Esta es la razón por la que muchos contratos de reformas incluyen las llamadas clausulas de penalización. En estos casos, si la obra no se realiza en el plazo previsto, la empresa responsable será penalizada económicamente con una rebaja en el precio total de la obra o por una cantidad fija en función del tiempo que se haya retrasado. Esta penalización debe de cubrir los gastos que la familia tenga a mayores y que sean achacables a la empresa.
No se incluyen en estas penalizaciones los retrasos que sean debidos a nuevos encargos por parte del cliente, a cambios realizados por los propietarios de la vivienda y que no hayan sido especificados cuando se redactó el contrato o a problemas de fuerza mayor tales como inclemencias meteorológicas o catástrofes naturales imprevisibles.
¿Qué hacemos con los muebles?
En muchas reformas integrales los muebles se quedan en la casa. Se limitan a colocarse apilados en el centro de la habitación y a protegerse con plásticos especiales para poder pintar las paredes.
Pero, ¿qué sucede si se va a cambiar todo el suelo? Una opción es mover los muebles de una habitación a otra, pero es algo que al final no suele resultar rentable porque supone una gran inversión de tiempo y se corre el riesgo de acabar estropeando los muebles al moverlos varias veces. También está el tema del polvo que puede acabar afectando a los muebles más delicados.
Lo ideal sería incluir en el presupuesto el transporte de los muebles a un guardamuebles o trastero que se pueda alquilar por el tiempo que dure la reforma para, al final, volver a llevarlos a casa una vez que todo esté listo. Si bien supone una inversión económica, lo cierto es que en el caso de grandes obras acaba compensando porque se ahorrará tiempo y se evitarán posibles accidentes.