¿Qué necesitas?
Esta es la primera pregunta que debes de hacer antes de reformar tu piso. Y la elección del verbo no es casual ya que muchas veces no se trata de lo que se quiere o de lo que a uno le gusta más, sino de lo que se necesita para que toda la familia esté cómoda en la casa.
¿Qué opciones tienes?
Una vez que tienes claro lo que quieres hacer debes de saber quién quieres que te lo haga. Lo normal es que no te limites a una sola empresa, sino que escojas entre tres y cinco empresas con buena fama en tu zona y que cuenten con una experiencia a sus espaldas y buena fama.
¿Cuánto te cobran y por qué?
Escogidas estas empresas debes de pedirles presupuestos. En los presupuestos debe de detallarse claramente qué es lo que se cobra por cada cosa. Un presupuesto detallado es la única forma de poder comparar de manera clara entre las diferentes opciones.
¿Te ofrecen un contrato previo?
Esta pregunta es muy importante. Un contrato previo es el arma que tendrás para demostrar qué es lo que les has pedido a la empresa de reformas y a qué se han comprometido en su trabajo.
¿Queda claro quién tramitará los permisos?
Es muy importante contar con todos los permisos antes de comenzar una obra y también es fundamental saber de quién será la responsabilidad de tramitarlos. No se puede dar por sentado que será la empresa de reformas si no se ha tratado previamente y si no está incluido en el contrato.
¿Te dan la posibilidad de un servicio integral?
Si lo que quieres es desentenderte de todo y dejar el trabajo en manos de los profesionales te interesa una empresa que te pueda ofrecer un servicio de reformas integrales, realizando el diseño de la reforma, gestionando los permisos y realizando los trabajos, siempre consultando la opinión del cliente.
¿Te dan garantías reales en cuanto a los plazos?
Además de detallar claramente qué trabajos se van a realizar, en el contrato con la empresa de reformas deben de figurar los plazos de inicio y de finalización de la obra. Para asegurarse de que se van a cumplir, se puede pedir una indemnización en forma de rebaja en el precio en caso de retraso. Esta indemnización puede ser por día de retraso o por franja.